Entrevista a Pedro Fernández Cuesta
con motivo de la publicación de su novela
HOT JAZZ JACK
por el periodista Lechugueto
(continuación: 2)
Lechugueto:
¿Por qué las novelas de género (cual las novelas detectivescas, como Hot Jazz Jack) no han gozado del favor de la crítica literaria correcta, de lo que podríamos llamar el establishment literario?
Pedro:
En un momento dado, cierta crítica consigue imponer sus criterios (consigue un poder literario) y su criterio de que hay una literatura de ideas y una literatura de evasión se extiende; ideas en un polo, en el opuesto, evasión. La literatura de ideas ha de ser, además, realista; es decir, las ideas se nos han de mostrar a través de unos hechos realistas narrados de manera objetiva (cuanto menos se haga notar el narrador, mejor). Esta literatura ofrece una enseñanza. Pero el narrador no es el educador, pues él sólo muestra. Cada lector ha de sacar su propia tesis, ha de extraer de lo narrado su propia enseñanza. ¿Y qué ocurre?, pues que la inmensa mayoría de los lectores acaban sacando la enseñanza o la tesis que el autor, subrepticiamente y con objetividad y alevosía le ha metido en la mente. Claro, pues es fácil defenderse de un romántico pontificando a lo Victor Hugo, ya que el lector le puede contestar: ¿esa es tu opinión, señor sabelotodo?, pues mira lo que te digo: no estoy de acuerdo contigo, aunque sólo sea para que no te hagas tanto el listo, ¡hala! Es preferible la novela realista, ¿verdad?, pues te permite sacar tus propias conclusiones, como hemos visto. Y puesto que, en última instancia (a la postre), el resultado de la lectura es el recado, el lector se olvidará totalmente de la literatura, del arte, de lo poético. Pues la literatura no será más que una servidora de la tesis, del mensaje. Todos discutirán sobre si Madame Bovary hizo muy bien, muy mal o muy regular, pero nadie se percatará del estilo depurado de Flaubert.
Lechugueto:
¿Y acaso el lector busca algo más que el argumento en la literatura de género?
Pedro:
Al lector, en principio, sólo le interesa el argumento. En el caso de la literatura de género busca entretenimiento. Y, claro está, esta literatura de género también tiene ideas, pero, normalmente, el autor lanza sus ideas sin intención, o a lo loco, o por dejarse llevar del pensamiento en boga, imperante. Esto último que acabo de decir vale también para los literatos de ideas, pues los subrepticios son también víctimas de otros subrepticios. En definitiva, que las novelas de género no han gozado del favor de la crítica seria porque no son serias.
Lechugueto:
Ya, ya... pero usted me contaba antes, entre bastidores, que, a partir de cierto momento, ciertas novelas de género sí fueron aceptadas por esa crítica de prosapia y alcurnia. Mas de eso hablaremos otro día.
Pedro:
Me parece muy bien.
(continuará)