Entrevista a Pedro Fernández Cuesta
con motivo de la publicación de su novela
HOT JAZZ JACK
por el periodista Lechugueto.
Lechugueto:
Bueno, pues aquí estamos. ¿Cómo le va, don Pedro?
Pedro:
Bien, gracias; aquí estamos.
Lechugueto:
Ápeiron Ediciones acaba de publicar su última novela, que lleva por título Hot Jazz Jack y, por subtítulo, una aventura de Ferdinand Blake. Ferdinand Blake es un detective. ¿Nos encontramos, pues, ante una novela detectivesca más?
Pedro:
Evidentemente, esta novela es una, y por tanto una unidad que se suma a las miríadas de novelas que sobre el genero existen desde los lejanos tiempos del Dupin de Poe, por no remontarnos aún más atrás. En ese preciso sentido es una más. Pero la expresión una más puede también traducirse como una del montón. Una novela del montón sería, pues, aquella que no destaca entre las otras; y, en este caso concreto, una novela detectivesca que no destaca entre las otras de su género. Si entendemos una más en este sentido, yo le aseguro que mi novela no es una más. La modestia está muy bien, es una gran virtud; pero yo, con toda la modestia del mundo que haga falta, aparte de escritor me considero crítico literario.
Lechugueto:
Pero, ¿es posible ser crítico literario de la propia obra, puede uno juzgar su propia obra, (que es algo así como juzgarse uno a sí mismo) con objetividad? ¿no tiende uno a ser demasiado benévolo, demasiado condescendiente consigo mismo?
Pedro:
Sí, tiene usted mucha razón; uno tiende a ser demasiado benévolo consigo mismo y demasiado severo con los demás. Vemos la mota en el ojo ajeno pero no vemos la viga en el nuestro. Nos cuesta mucho ser condescendientes con los demás, aunque sean personas que tienen menos formación que nosotros por edad, por ejemplo. Y, sin embargo, cuando vemos objetivada una parte de nosotros mismos ahí en nuestra obra, cuando nos enfrentamos a nuestra obra como algo ahí fuera de nosotros mismos, como un otro a veces con más defectos de los que esperábamos, cuando vemos ante nosotros mismos nuestro otro yo, o esa escisión de nuestro yo, como un ser tan pobre, tan desvalido... algo nos mueve a la condescendencia, por no decir a la piedad; es quizá un instinto de autoprotección, por un primitivo instinto de conservación. Ahora bien, dicho esto, le diré que llevo mucho tiempo, muchos años, auto-educándome en la crítica literaria, que es como decir que llevo años auto-educándome en la objetividad. ¿Y esto por qué razón?, pues porque tengo vocación de crítico literario, y pienso que un crítico que no busque la objetividad nunca podrá ser un buen crítico. Creo que puedo juzgar una obra mía, en este caso Hot Jazz Jack, como si fuera la obra de otro autor; y puesto que me considero un crítico literario competente que hace crítica de la literatura a la luz de la historia de la literatura (y no enturbiado por manías o prejuicios), creo poder decir, como crítico y no como autor, que esta novela, Hot Jazz Jack, no es, ni mucho menos, una novela del montón. Sino todo lo contrario.
Lechugueto:
Muy interesante. Pero ahora tenemos que hacer una pausa para la...
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(continuará*)
*No la publicidad (qué también) sino la entrevista.